Aún 30 años después del desastre de Chernobyl, diez millones de personas en Bielorusia, Rusia, Moldova y Ucrania están aun sufriendo las consecuencias en su salud. Con el programa de Cuidado Social y Médico, Green Cross ayuda a las familias afectadas por la catástrofe.
Campos de terapia
Entre los más afectados están los niños como Dimitri, de la aldea de Barashi en la provincia Zhytomyr de Ucrania. El sufre de anemia y de problemas de tiroides, así como problemas en las articulaciones, desórdenes digestivos y deficiencia vitamínica. En el campo de terapia de Green Cross, Dimitri recibió cuidado médico y psicológico, comida sin contaminar rica en vitaminas y la oportunidad de recuperarse en un ambiente natural fresco con aire limpio.
Green Cross ha estado administrando los campos de terapia todos los veranos desde1995 para mejorar las circunstancias sociales y de salud de los niños de las áreas contaminadas. Los niños recibieron cuidados psicológicos y sociales y disfrutaron de comida sin contaminar rica en vitaminas. Pasando mucho tiempo en un ambiente saludable, natural y con un aire fresco que los ayuda en su recuperación del stress provocado por la radiación y fortalece su sistema inmune para el duro invierno. Los campos están establecidos en un ambiente libre de contaminación en el país de origen de los niños.
Además una atmósfera de campamento tranquila con mucho deporte, juegos y divertimentos, los niños reciben terapia de descontaminación y lecciones de ecología, cultura y estudios sociales. El rango de actividades más amplio y los tratamientos médicos tienen un efecto positivo en la salud de los niños. Es por eso que a todos los niños (97.5%) les gustaría participar nuevamente en un campo de terapia, como demuestran las encuestas realizadas en los campos del último año.
Un estudio a largo plazo demostró también que los síntomas diagnosticados al entrar al campo ya no son detectables después, en un tercio a la mitad del total de los niños, comparado con el 3.7% de los niños incapaces de visitar un campo de terapia (el verano generalmente colabora para lograr una pequeña mejoría en la salud ). Exámenes de seguimiento también muestran una reducción del 48.5% en los casos de enfermedades de oído, nariz y garganta. Los niveles de radiación en el cuerpo también disminuyen de un 30ª un 80% y el 65.2% de los niños que participan en los campos de terapia y programas de Green Cross durante varios años no muestran síntomas de enfermedad en absoluto.
El campo de terapia también tuvo efectos positivos en la salud de Dimitri. Su madre, Inna Suschevsky, apenas lo reconoció cuando él volvió al hogar. “La felicidad estaba escrita en toda su cara,” dijo ella. “El se veía tan saludable y estaba lleno de energía y felicidad. Nosotros estamos muy agradecidos con Green Cross. Yo deseo que más niños de nuestra aldea puedan participar en los campos de terapia.
El Club familiar de Green Cross
El consumo a largo plazo de comida contaminada es una amenaza significativa para la salud de las personas en las áreas afectadas por el desastre de Chernobyl. De manera que, la correcta preparación puede reducir la radiactividad en la comida hasta un 95 %

El Club familiar de Green Cross imparte el conocimiento necesario al respecto. Por ejemplo, la leche puede ser procesada en manteca de la manera tradicional. Solo la parte de la leche rica en grasa que contiene pocos radionúclidos es usada, mientras que el líquido altamente contaminado es descartado. Como resultado, el nivel de radiación es reducido al 90 por ciento. Reduciendo la radiactividad en la comida no solo requiere particulares cuidados en la preparación sino también métodos de cultivo específicos y una constante medición de la radiactividad.
En las reuniones del club, los miembros aprenden que las condiciones del suelo ayudan a determinar la cantidad de radionúclidos absorbidos por las plantas. La radiación también es medida en las áreas de los alrededores de las aldeas. Los lugares más severamente contaminados están marcados con estacas para prevenir a los habitantes de no cortar pasto para paja, no recolectar bayas ni hongos y no llevar a su ganado a pastar allí. Las familias también aprenden por ejemplo que la variedad de plantas tempranas contienen menos radionúclidos. Las raíces profundas también aseguran que la fruta está menos contaminada.
En el Club familiar en Bila Tserkva en Ucrania, Elena Korobkina también asistió con éxito a cursos de nutrición. Ella vive con su familia en Shkarovka, una aldea situada en el área contaminada, y su hijo de 9 años Nasar es una víctima del desastre de Chernobyl reconocida oficialmente. Además del cuidado médico, la comida con bajos niveles de radiación es particularmente importante para él. Nasar sufre de arritmia cardíaca, una malformación congénita de la vesícula biliar y de un desorden pancreático.
Problemas de corazón, cáncer, desorden de formación de la sangre, deficiencias tiroideas y otras enfermedades serias se propagan en las áreas contaminadas en Ucrania, Bielorrusia, Rusia y Moldova, por lo tanto las madres y sus hijos también reciben cuidados médicos de urgencia en los Clubes familiares.
Estudios comparativos realizados durante varios años demostraron que los niveles de radiación en los cuerpos de los miembros del club se reducen significativamente si son seguidas las reglas nutricionales. Gracias al apoyo de Suiza, las víctimas inocentes de Chernobyl como Nasar y su familia están siendo protegidos de los daños radiactivos.